Hoy en día los combustibles renovables, como el biodiésel, son la alternativa más prometedora para reemplazar parcialmente el consumo de combustibles fósiles. Sin embargo, en el caso de que estas cantidades cada vez mayores de biodiésel provengan de los aceites vegetales, se ha confirmado recientemente que la promoción de los biocarburantes podría derivar en una escasez de materias primas para la alimentación y una fuerte subida de los precios de los alimentos, lo que podría conducir a la pobreza a la población de algunas regiones. En este contexto, se ha investigado una nueva forma de producir biodiesel sin la necesidad de empobrecer a dichas regiones. Para ello, se ha puesto en marcha la investigación de fabricar un nuevo biodiesel procedente de mezclas de grasas animales y aceite de soja.
Los resultados obtenidos sugieren que partir de estas materias primas se produce un biodiésel aceptable, según las normas, y con un coste final inferior. Las grasas animales empleadas son más baratas y constituyen un residuo graso sin ningún otro uso, con lo que su transformación en biodiésel presenta beneficios medioambientales y reduce la dependencia de otras materias primas agrícolas convencionales.
El nuevo biodiésel procede de mezclas de grasas animales de baja calidad (con contenidos en ácidos grasos libres por encima del 5% y de alto riesgo para el consumo humano) con aceite de soja. Dado que las grasas animales tienen peores propiedades de flujo en frío, la mezcla de grasas animales con aceites vegetales es la alternativa más recomendable para favorecer su uso en los climas fríos.
Según las normas, los resultados sugieren que este biodiésel es aceptable y, además, tiene un coste final inferior. Asimismo, la transformación de estas materias primas en biodiésel tiene beneficios medioambientales y reduce la dependencia de otras materias primas agrícolas convencionales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario